Lo primero que se necesitó en Cuba para impulsar seriamente la función de mejora3 desde la
evaluación educativa fue terminar de conformar un Sistema de Evaluación de la Calidad de la Educación (SECE) pertinente para el país. Se requería de un tercer intento, pues los dos esfuerzos anteriores habían quedado, por una razón u otra, inconclusos
Para ello, se reconsideró primero el modelo de evaluación, dando paso al modelo holístico de
Contexto-Entrada-Proceso-Producto (CIPP), se declararon cinco principios orientadores (Torres, 2009c) y se diseñaron seis metodologías de evaluación (conformadas por indicadores, instrumentos y orientaciones para su aplicación, así como para el procesamiento e interpretación de los datos derivados de aquellos), las que -junto a la consideración de indicadores educativos nacionales- cubren los siete ámbitos del Sistema
Educativo considerados (Torres et al, 2008b); la esencia del SECE radica, más que todo, en su capacidadexplicativa de las dificultades detectadas.
Puesto que, como se ha señalado, estos intentos de implicación en procesos de mejora requieren
de un trabajo multidisciplinario, la táctica seguida ha sido aliarse con especialistas de los ámbitos
considerados y con los cuadros de los diferentes niveles de dirección. Así, por ejemplo, en lo referido al aprendizaje se ha acudido a estrategias de implicación de didactas y metodólogos6 de las asignaturas exploradas (Mainegra, 2008; García Rafael, 2009; Bauza, 2010).
Las vías identificadas para buscar un acercamiento sensible al principal conductor del proceso
educativo y actor decisivo en la elevación de la calidad de la educación, el docente, son la universalmente utilizada formación profesional (tanto en su modalidad inicial, como permanente) y, especialmente, la autóctona vertiente del trabajo metodológico.
En su Tesis de Maestría, García-Rafael (2009), propone un procedimiento de trabajo para incidir
sobre la preparación de los sistemas de clases en la escuela, a partir de la utilización de los resultados de
procesos de evaluación educativa. El mismo está compuesto por las acciones siguientes:
a) Capturar la información referida a los resultados del aprendizaje.
b) Identificar las preguntas (tópicos, asignaturas) de más bajos resultados.
c) Determinar los distractores o créditos y procedimientos más afectados.
d) Realizar un análisis técnico de las causas que, desde el punto de vista del tratamiento
metodológico, pudieran explicar la incidencia de este tipo de error cognitivo.
e) Generar un sistema de actividades metodológicas dirigido a enfrentar las dificultades:
Reunión metodológica a nivel municipal
Clase(s) metodológica(s) a nivel municipal
Clase(s) metodológica(s) a nivel de escuela o grado
Clase(s) abiertas a nivel de escuela o grado
Preparación de asignatura
Clase(s) abiertas a nivel de escuela o grado
Controles a clases, y
Ayuda metodológica.
Conclusiones
Conscientes de la trascendencia de la implicación en la mejora, a partir de los procesos de
evaluación educativa, se han esbozado aquí las principales experiencias acumuladas por la comunidad de evaluadores educativos cubanos en esa estratégica dirección.
También se han descrito las dos barreas principales identificadas en tal sentido; el hecho de que
dicha comunidad no puede valerse por sí sola para atender a las diferentes disciplinas científicas que se requieren movilizar para hacer avanzar el Sistema Educativo y la notable influencia de la disposición de sus gestores para asumir las propuestas diseñadas desde la actividad investigativa.
El aporte principal, sin embargo, radica en la descripción –aunque sea a groso modo– de las
tácticas puestas en práctica por esa comunidad por franquear esos enormes obstáculos, aprovechando las fortalezas propias del Sistema Educativo Cubano.
Dentro de ellas destacan, de forma especial, la utilización del trabajo metodológico, como una
poderosa herramienta para la eficaz preparación del proceso educativo y el fomento de una cultura de la evaluación educativa a escala nacional, capaz de contribuir a una mejor comprensión de la conveniencia de la evaluación educativa, como recurso de autorregulación y auto-perfeccionamiento del Sistema Educativo, y una mayor utilización de sus resultados investigativos
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