domingo, 29 de noviembre de 2015

La Pedagogía, fuente de reflexión y polémica
Para entender las circunstancias en las cuales aparece la pedagogía diferenciada en el contexto educativo francés es conveniente precisar el recorrido de la pedagogía y la didáctica en Francia como dos factores importantes históricamente ligados al desarrollo de modelos sociales y de producción, así como su consolidación en el paradigma francés de las Ciencias de la Educación. A decir de Michel Develay7, los términos pedagogía y didáctica ya no son lo que eran y su significado y referentes han pasado por diversos cambios a lo largo de la historia. Para dar una primera función a los dos conceptos se diría que la pedagogía conserva como esencia fundamental la preocupación por las relaciones entre los alumnos y sus maestros. Para el caso de la didáctica, su carácter distintivo lo constituye la transmisión de contenidos mediante estrategias que faciliten la adquisición de las asignaturas por parte de los alumnos.
Para el caso de la didáctica, su carácter distintivo lo constituye la transmisión de contenidos mediante estrategias que faciliten la adquisición de las asignaturas por parte de los alumnos. En contraste con los planteamientos de Comenio en la Didáctica Magna, que favorecían "un método para enseñar todo a quien lo pudiera aprender", se plantea hoy, que la didáctica está mayormente referida a la puesta en marcha de estrategias para enseñar un conjunto de saberes específicos. Aunque ambos conceptos se concentran en el alumno, y así mismo en el educador, Develay establece una diferencia de orientación al afirmar que: "La didáctica se basa en la hipótesis de la especificidad de los contenidos como factor determinante en la apropiación de los conocimientos, mientras que la pedagogía centra su atención en las relaciones entre maestro y alumno y entre los mismos alumnos

Philippe Meirieu, Pedagogo de la diferencia
Este encuentro con el pensamiento pedagógico de Philippe Meirieu no tiene la pretensión de agotar el caudal de inquietudes que han surgido a lo largo del proceso de lectura de sus obras y de las apropiaciones que han hecho numerosos autores, entre ellos el profesor Armando Zambrano, su alumno en la universidad de Lyon. Creemos que el contacto con otros saberes y con otras miradas contribuye a enriquecer la memoria del saber pedagógico en la perspectiva del intercambio de ideas que en este caso es posible gracias a las obras del profesor Zambrano y al contacto con Philippe Meirieu, quien se desempeña actualmente como Director del Instituto Universitario de Formación de Maestros (IUFM) de la universidad de Lyon y quien habiendo tenido conocimiento de la intención de esta investigación ha iniciado un contacto fructífero a través del envío de textos de algunas de sus intervenciones por correo electrónico40 y ha mostrado su disponibilidad para responder a inquietudes y eventualmente, formar parte de un grupo de pedagogos que vendrían a la Universidad de Antioquia en misión de intercambio, si la fuerza de este trabajo lo hace posible.

Propuestas para la escuela
Ha sido una constante en los últimos años atribuir a la escuela como institución y al sistema educativo como acción del Estado, el fracaso escolar o la reproducción . Para este debate, Meirieu propone a la escuela cinco principios fundamentales44 sobre los cuales estaría anclada su legitimidad. Al analizar las prácticas escolares y confrontar los procesos tradicionales de educación con las demandas y necesidades de los estudiantes, Meurieu busca dar respuesta a preguntas como : para qué sirve la escuela?; qué representaciones se tienen del sujeto educable y de aquello que lo constituye? Qué podría significar el "educar en la libertad? Podemos deshacernos de la violencia y de la agresividad en el acto educativo? La autoridad es necesaria en educación? Cual finalidad se puede conferir a los aprendizajes? Cuándo y cómo efectua un sujeto un aprendizaje verdaderamente eficaz? Cual es el lugar del deseo en el aprendizaje? Cómo responder a una demanda cultural formulada por uno o unos sujetos? Qué actitud debe tomarse cuando un sujeto parece necesitar ayuda particular para enfrentar una dificultad? En cuáles ciencias humanas habría que buscar los aportes esenciales para realizar el trabajo de educar?
La escuela deberá ser ante todo un espacio de asombro y de descubrimiento, donde nada está completamente terminado. Para cumplir con su función de transmisión de saberes y para llevarla a cabo, el educador debe estar siempre dispuesto a tomar decisiones, a mantener un estado de análisis crítico de los resultados para abrirse a nuevas búsquedas, a nuevas acciones. La escuela debe disponer de un proyecto preciso al cul puedan referirse dichos resultados. El acceso a los saberes demanda de la escuela , poner al alcance de los alumnos herramientas conceptuales que les permitan pensar el mundo, los hechos y las cosas desarrollando la capacidad de abstracción. La escuela debería formar en cuatro tipos de saberes: capacidades metodológicas que condicionan todos los aprendizajes que se van a adquirir, competencias que permitan al alumno comprender y dominar su inserción en la historia para llegar al verdadero sentido de las cosas que aprenden.. Desarrollar las facultades creadoras y el goce de la apreciación artística en la búsqueda de valores que reafirmen el sentido de humanidad acercando eficazmente los estudiantes a la cultura y favoreciendo la expresión y por último debe permitir a los alumnos elegir su opción profesional de la manera más lúcida posible. Formar profesionalmente al alumno es también formarlo a la autonomía y hacerlo capaz de evaluar por sí mismo los resultados de sus acciones.

El fracaso escolar perturba
Parecería que de alguna manera las sociedades de Europa y las de América Latina afrontan inquietudes comunes, aunque no del mismo origen, sobre el impacto del fracaso escolar y su efecto sobre las condiciones de inserción social de los niños y jóvenes, incluso de los adultos en formación. Cada vez más los noticieros destacan las acciones violentas y las faltas a la civilidad en las instituciones escolares, adolescentes que torturan, extorsionan, matan, retienen a compañeros y profesores. Una extensa gama de conflictos que han generado sensibles cuestionamientos a la función "socializadora" por no decir normalizadora, de la institución escolar. Se habla en el argot sociológico de la polarización y radicalización de las culturas o del "desarrollo de los integrismos"46y su efecto sobre las relaciones entre los miembros de la comunidad escolar. Pareciera como si se tratara de un déficit de la educación, tal vez un descuido, una pérdida de la capacidad para inculcar valores. Estas circunstancias han agudizado el debate en torno a la tarea actual de la escuela nutrido desde los medios de información con críticas y polémicas en todos los campos.
Asumiendo el riesgo de ir más allá de las críticas y de los análisis, Meirieu propone un nuevo proyecto para la escuela, en su país: Una escuela obligatoria desde los tres, hasta los dieciséis años, que preocupe menos por la formación profesional, que no oriente prematuramente a los alumnos hacia "filiales" especializadas. Esta escuela debe también cumplir con la finalidad declarada de hacer posible la vida democrática, sin excluir a ningún niño o joven de los aprendizajes esenciales. Para facilitar esta última tarea, se asignan a la escuela dos objetivos indisociables: la adquisición de una cultura común y la construcción de la ley.

Sobre aprendizaje y enseñanza
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El ser humano comienza a aprender antes de hacer . Hay apropiación de un cierto grado de saber, antes de pasar a la acción. Pero para comenzar a aprender se requiere de la voluntad y del coraje. La pregunta es cómo despertar este coraje, para fortalecerlo y comunicarlo a otros? La idea de la autodidaxia no responde por sí sola al fenómeno educativo. El aprendizaje se produce con el acompañamiento de otro que motiva que ayuda a ver más allá y más claro. De ahí la importancia de generar un ambiente que favorezca la puesta en marcha de dispositivos que estimulen la inteligencia y que convoque la libertad y la creatividad del niño para que no sólo aprenda la ciencia, sino que la invente de tal manera que la clase se convierta en la respuesta a una pregunta. Que haya una atmósfera que facilite al niño la construcción. Ello implica una actitud del docente hacia la construcción y no hacia la instrucción. Sin negar la función de la clase, el maestro debería desprenderse de la responsabilidad del aprendizaje para pasarlo al otro, al alumno que a su vez reutilizará dichos aprendizajes para invertirlos en su proceso de aprender. Remitiendo "al otro" su responsabilidad de aprender, el maestro hará lo mejor posible para evitar caer en la trampa del poder total y en la directividad.

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